lunes, 26 de agosto de 2019

Mujer florero

La mujer florero habita en la oscuridad
de un hogar que se torna jaula.
Es frágil, de porcelana fría.
La mujer florero es obediente y sumisa,
llega la hora y prepara el té;
agua y flores para hervir sus cadenas.
Cadenas presas por déspotas y tiranos,
que esperan sentados a que llegue la moza
con la tetera por delante, y el puñal detrás.

lunes, 19 de agosto de 2019

Soy insomne y pienso mucho

La noche me da miedo
porque pasa muy lenta
y pienso muy rápido.
He vuelto a no dormir
planeando sin cesar
el cuándo huir de aquí.
Tengo mucha hambre
pero no quiero hacer ruido,
aquí todos escuchan.
Voy a subir a mi escondite
por si tengo que llorar,
poder hacerme bola.
Va a amanecer pronto
y creo que tengo sueño,
pero me da miedo.
Mamá estoy muy triste,
a veces saco fuerzas y
hago cosas, hago fotos,
pero son tristes.

jueves, 15 de agosto de 2019

Eneatipo 4

Eneatipo cuatro
dice que soy sensible,
ser demasiado ensimismado.
Impaciente, incapaz,
insuficiente.

lunes, 12 de agosto de 2019

Siempre

Una vez te pedí que no me dejaras marchar
y prometo que fue puro, que decía la verdad.

Pero ahora solo queda una buhardilla
desahuciada y desprotegida,
lejos de aquel lugar inerme
que cavamos huyendo del temor
a bailar, y pisarnos los pies.

Valiente y a oscuras, rebobino sin miedo,
sabiendo lo terriblemente honesto
de lo que fuimos
pero ya no seremos.

Porque comprende,
que las mareas cruzan océanos
y llegan a nuevos continentes,
inhóspitos e inexplorados,
y al término de mi travesía
me descubrí en la melancolía
de mi ser sin tus brazos.

Perdóname, porque creí quererte
en un dulce para siempre
pero siempre supe
que este viaje lo transito sola.
Eternamente nómada;
alma errante.

Y sepas que
fuiste cura y fuiste sed
y no hay delirio que olvide
aquestas marcas en mi piel
que me recuerdan que has estado
cerca, abrigándome el costado.

Nos volveremos a ver,
y tú tendrás tu vida, y yo la mía,
y fue bonito, pero no duró para siempre,
porque nunca lo hace;
porque siempre me marcho.

lunes, 5 de agosto de 2019

Esa orilla a la que nunca pensé que llegaría

Admiré el amanecer
en aquella imprevista 
extraña orilla del mar
y conocí sobre mis plantas
tu arenilla cálida 
aferrándose a mis pies
que me impregnaba de 
todo aquello que era
eso de sentirse bien.

Encerré cuantos detalles pude
del oleaje de tus pupilas,
tu bosque de lunares,
el saltamontes de tu piel.

Pero he olvidado cosas
como tu cuerpo 
dormido, manso 
en el océano blanco,
frente a mis dudas 
de si seré suficiente,
si seré capaz.

No creí que llegaría,
al menos no pronto,
este repentino anhelo de 
pensarte, buscarte,
y encontrarme, frente a ti,
refugiada en tu mirada
sabiendo que me iré
sin querer,
sin ti.

Pocos días son 
los que me bastaron 
para ser feliz
contigo.
© the blue chaos
Maira Gall