Un día despertarás
y no habrá nada.
Los colores ya no estarán
y la luz se habrá disipado.
No habrá mantas que te cubran
ni paredes que te protejan,
y la puerta habrá desaparecido
y ya no quedará rastro de la ventana,
ni del suelo, ni los techos,
ni tan siquiera de ti.
Un día despertarás
y habrás olvidado
cómo se hace eso tan difícil
de quererme.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)