lunes, 12 de febrero de 2018

Construir en piezas de lego

Lentamente se derrumban los escenarios
que construimos en piezas de lego y a tres manos.

Que caigan los muros pero no los recuerdos
de quienes se sentaron en una mesa,
temprano en la mañana,
desconocidos del quien y del dónde,
y ahora caminan ligeros
hacia el crepúsculo
donde todo
acaba.

sábado, 3 de febrero de 2018

Autorretrato

La chica caótica planea entre agujeros de gusano e inseguridades, toca el ukelele, y suele olvidarse de sí misma. En su vorágine interna, tiene claro que está rota, igual que todas las personas con las que tropezó y tropezará; porque la vida, nos rompe a todos.

Sueña en azul y en ocasiones, vuelve a echar otro vistazo a la estantería que tantas veces ha recorrido, rescatando viejos fascículos que hablan sobre aquellos que no morirán nunca. Lee a Albert Espinosa para arreglarse un poco por dentro, aunque a veces lo única capaz de arreglarla es una taza de té. O de café, depende del día; no es capaz de elegir entre dos cosas que le gustan tanto.

Ella es del tipo de persona a la que le sobran los miedos y le falta el quererse; el quererse y el creerse, en sí misma y en lo que la conforma. Hay instantes que desearía vivir una y otra vez y otros de los que sin embargo le costó un mundo ascender a la superficie y tomar oxígeno. Por culpa de esto último, la ansiedad aún le da la mano e intenta tomar las riendas de su vida. 

Irónicamente, es muy de querer demás; muy de darlo todo por quien le abraza sin fuerza y con dudas. Leiva es su plato de cuchara, en invierno y melancólica, y Santi Balmes su compañero en la batalla por sofocar el incendio.

La chica caótica es así, capaz de salvarse, a sí misma y al mundo entero. Venga lo que venga, pase lo que pase. 
© the blue chaos
Maira Gall