Es cuando nos entregamos a la naturaleza,
cuando más humana me siento
y cada centímetro de tu cuerpo,
es un soplo de aire fresco.
Cartografiar cada uno de tus milímetros
y tatuarte en mis rincones más recónditos
para que seas mi ruta de regreso
cada vez que no te encuentro.
Formar parte de la peor película de autor,
una que ni siquiera nosotros veríamos,
y leer en tu espalda los créditos,
que dicen que
continuará.
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